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Oficiales de la Armada de Colombia recién escalafonados portan las espadas

•    Luego de un arduo proceso de formación naval militar en la Escuela Naval de Cadetes “Almirante Padilla”, estos 74 hombres y 18 mujeres se escalafonaron como Oficiales Navales.

•    Entre los nuevos Oficiales está el Teniente de Corbeta José David Gil Giraldo, un joven pereirano que, tras ser desplazado por la violencia, encontró en la Armada de Colombia una opción de vida para servir.

•    Gracias al proceso de movilidad vertical de la Institución Naval, cuatro Suboficiales de la Armada de Colombia también se escalafonaron como Oficiales Profesionales del Cuerpo de Infantería de Marina.

En ceremonia militar realizada en el campo de paradas de la Escuela Naval de Cadetes “Almirante Padilla”, 92 jóvenes, entre ellos 74 hombres y 18 mujeres, se escalafonaron como Oficiales de la Armada de Colombia para servir al país, protegiendo el azul de la bandera.

Este grupo de jóvenes que conforman los contingentes Naval Regular número 165, de Infantería de Marina Regular número 109, Profesional de Infantería de Marina 119 y Mercante 52, es una muestra de la diversidad cultural de Colombia y de una juventud resiliente con sentido social, que quiere aportar lo mejor de sí para el desarrollo marítimo del país.

Tal es el caso del Teniente de Corbeta José David Gil Giraldo, un joven pereirano que, tras ser desplazado por la violencia, encontró en la Armada de Colombia una opción de vida para servir. Culminó su período de formación militar, luego de varias vicisitudes personales, con el apoyo de la familia naval y la subvención del programa de becas Vamos Sumando. Hoy le dedica este logro a su madre, quien falleció en la pandemia por el Covid-19.

“La estoy dando toda por mi madre y por todas esas personas que creyeron en mí (…) Me siento feliz, orgulloso de mí mismo, muy agradecido con todos. Tomo con mucha responsabilidad esto. Muchos van a depender de mí. Aspiro poder ser de ayuda, así como yo la recibí”, aseguró Gil.

La disciplina da frutos

Durante la ceremonia militar, el Teniente de Corbeta Juan Herrera Agudelo, oriundo de Medellín - Antioquia, recibió la medalla Francisco José de Caldas en la categoría a la aplicación, como reconocimiento a su desempeño y virtudes militares durante sus cuatro años de formación naval militar.

Para Herrera, este peldaño es la materialización de un sueño que nació desde pequeño y que cada vez lo acerca más a su ilusión de comandar un buque de guerra.

Su aplicación y disciplina durante su proceso de formación, lo hizo merecedor de seis medallas “Alumno Distinguido”, dos medallas de “Excelencia Académica”, entre otras felicitaciones. Ejerció además como Brigadier Mayor de Embarque en su crucero de entrenamiento a bordo del Buque Escuela ARC “Gloria”, y hasta este momento se desempeñó como Brigadier Mayor de Batallón, el cargo más importante para los estudiantes durante su período de formación y que obtienen los jóvenes que sobresalen por sus condiciones de liderazgo, intelectuales, militares, morales e institucionales.

Militares y profesionales

Con este escalafonamiento, estos hombres y mujeres no sólo se convierten en militares de Colombia; sino también en ciudadanos integrales que se han preparado académicamente, recibiendo en una ceremonia previa, los títulos profesionales en Ciencias Navales y otros en Ciencias Náuticas. Además, adelantaron una parte de un segundo pregrado que se convertirá en su especialidad más adelante.

En el grupo también se encuentran 11 profesionales que ingresaron para formarse como Oficiales del Cuerpo de Infantería de Marina de la Armada de Colombia, entre ellos cuatro suboficiales, quienes durante su tiempo de servicio, cursaron y culminaron una carrera profesional, y gracias al proceso de movilidad vertical de la Institución Naval, complementaron su formación militar a bordo de la Escuela Naval durante un año.

La Escuela Naval de Cadetes “Almirante Padilla”, como escuela de formación naval militar y universidad marítima de Colombia, reafirma su compromiso con la formación integral de los hombres y mujeres que protegen el azul de la bandera; garantizando la profesionalización con alta calidad, que permita al país contar con ciudadanos ejemplares especializados, orientados a la gestión del conocimiento para la defensa de la nación y el desarrollo del poder marítimo.