Cada seis meses, la Escuela Naval de Cadetes “Almirante Padilla” abre las puertas a jóvenes de diferentes rincones del país, con el sueño de convertirse en Oficiales de la Armada de Colombia y de la Marina Mercante. En esta ocasión, luego de haber terminado sus cuatro singladuras de formación, un grupo de 96 jóvenes, entre ellos tres indígenas, un afrocolombiano y 11 mujeres se escalafonaron como Teniente de Corbeta o Subteniente de Infantería de Marina para servir al país desde la Institución del mar.
En la misma ceremonia, un joven hondureño recibió su promoción al escalafón de Oficial, gracias a los convenios que poseen las Marinas de los dos países, para la movilidad estudiantil de los uniformados.
En el evento marcial, que estuvo presidido por el Presidente de la República Gustavo Petro Urrego y contó con la participación de la cúpula militar, autoridades civiles y familiares, los nuevos Oficiales de los contingentes naval número 161, Infantería de Marina 107, Mercante 51, Cadete Profesional de Infantería de Marina 116 y Cadete Profesional Naval 167, recibieron las espadas que simbolizan el mando y liderazgo para guiar a sus subalternos bajo el marco de la Constitución y los principios y valores que marcan el derrotero de la Armada de Colombia.
El escalafonamiento se realiza un día después que los nuevos Oficiales recibieran el título profesional en Ciencias Navales para Oficiales Navales, Ciencias Navales para Oficiales de Infantería de Marina, Ciencias Náuticas para Oficiales Mercantes especialidad Puente, el Diplomado en Planeamiento Táctico en Operaciones Navales para los Oficiales Profesionales de Infantería de Marina y Diplomado de Capacitación y Formación para Oficiales Profesionales Navales.
Diversidad étnica
De esta promoción se destaca la diversidad étnica de nuestro país, representada en un grupo de tres indígenas, pertenecientes a la Comunidad Zenú, de Chinú – Córdoba y Comunidad El Mamón, de Corozal – Sucre. Profesionales que ven en la Armada de Colombia una Institución respetuosa de los derechos de las minorías y donde pueden desarrollarse profesionalmente, para el servicio de su comunidad y el país.
Al respecto, el Subteniente de Infantería de Marina Antonio José Estrada Padilla comentó que “ser el primer Oficial Naval de mi comunidad es un motivo de orgullo para mis familiares porque es una oportunidad para fortalecer nuestras organizaciones y nuestra etnia (…) me ayuda a fortalecer mis capacidades y me hace parte de una Institución prestigiosa, que forma buenas personas para representación nacional e internacional”.
Asimismo, se encuentra un Oficial afrocolombiano oriundo de Guapi - Cauca, quien, junto a tres de sus compañeros graduados, adelantó su formación a bordo de la Escuela Naval de Cadetes siendo beneficiado por el programa de becas INL, una iniciativa de apoyo que realiza el Gobierno de los Estados Unidos para la incorporación de los jóvenes afrodescendientes, indígenas o de zonas rurales del país.
Primer Puesto
Por obtener el primer puesto de la promoción, el Teniente de Corbeta Jairo Alberto Manrique López recibió de manos del Presidente de la República la medalla Francisco José de Caldas en la categoría a la aplicación. Un reconocimiento a su disciplina y entrega durante sus cuatro años de formación en la Escuela Naval de Cadetes, donde también ostentó el cargo de Brigadier Mayor de Batallón, una de las responsabilidades más importantes para un alumno del Batallón de Cadetes.
El Teniente Manrique es un joven de 23 años, perteneciente a una familia de seis miembros, que en los años de su niñez cultivó cacao y café, e hizo porcicultura en Floridablanca – Santander.
Alcanzar este peldaño en su carrera militar, con este importante reconocimiento, es un orgullo que, como él dice, le debe a su familia, especialmente a su papá. “El campo le enseña a uno muchas cosas, una de las que más valoro fue el trabajo y la verraquera que me inculcó mi papá para tener esa humildad y esa disciplina que tengo hoy (…) ser Oficial naval es un sueño cumplido. Mis expectativas es poder llegar a desarrollarme más en mi carrera militar, aportar a esa soberanía y control del mar necesario en nuestra Patria colombiana y desarrollar mi profesión al punto que sueño ser un arquitecto naval de nuestro astillero Cotecmar”, expresó.
Como Oficiales, estos hombres y mujeres tendrán la responsabilidad de ejecutar las operaciones navales que contribuyen con el desarrollo social de la Nación, siendo parte integral de la Armada de Colombia, institución que este año celebra su bicentenario naval y ratifica su compromiso con la protección del azul de la bandera.