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ENAP

En la Ceremonia de Escalonamiento de los nuevos Oficiales de la Armada de Colombia, se realizó el relevo del portaestandarte de la Escuela Naval de Cadetes, un acto que forma parte de la tradición naval y un privilegio que asume el alumno con mayor antigüedad en el Batallón de Cadetes. 

En esta ocasión, el Alférez Miguel Galeón Cortez hizo la entrega al Alférez Miguel Herrera Galvis, quien recientemente asumió como Brigadier Mayor de Batallón. Una posición que más que un privilegio, es una gran responsabilidad. Esta es su historia.

"Mi propósito al ser brigadier Mayor de Batallón es generar sentido de pertenencia y amor por la institución en los cadetes menos antiguos" explica Herrera.

Este importante rol tiene su base en el ejemplo. Un ejemplo que este joven de 21 años, nacido en Granada, Meta, ha construido a pulso y que se ha fortalecido a pesar de las dificultades de la vida. A los cinco años llegó, junto a sus cinco hermanos, a la Fundación Hogar San Mauricio, ubicada en Bogotá.

Su inclinación por la Armada de Colombia nació al ver la labor de acción integral que adelantaban los uniformados del Batallón de Infantería de Marina número 70, quienes realizaban actividades lúdicas y de acercamiento con la comunidad en coordinación con la Fundación.

“Yo me postulé al Proyecto Sueños, del Bienestar Familiar, en el cual de acuerdo al perfil de cada joven y por medio de los convenios con el Estado se apoya el proceso de profesionalización. Decidí empezar mi proceso de selección con la Armada de Colombia, tuve buen desempeño y logré ingresar a la Escuela Naval” relata.

Herrera ha sido un alumno sobresaliente desde su ingreso a la Escuela Naval de Cadetes; durante sus primeras singladuras tuvo la oportunidad de representar a la institución en los Juegos Interescuelas de Cadetes siendo parte del seleccionado de tiro. Por otro lado, puso a disposición sus dotes musicales con la guitarra integrando el coro de la Escuela Naval. Y en el desarrollo del Módulo de Combate Avanzado para Cadetes de Infantería de Marina, obtuvo la clasificación de tiro, obteniendo el distintivo de tirador experto con pistola y buen tirador con fusil.

“Para ser un futuro Oficial de Infantería de Marina destacado se debe tener mucha perseverancia, responsabilidad con las cosas mínimas que son las que llevan a obtener grandes logros; también sentido de pertenencia con las actividades propias del cargo que uno desempeña en la escuela porque es desde cero donde se forma la base para ser un buen Oficial Naval” afirma.

Aunque sus padres biológicos no han estado presentes en la mayor parte de su vida, el apoyo de sus cinco hermanos ha sostenido el ímpetu de este joven en la búsqueda de sus sueños. Su familia ha sido lo más importante en este momento de su carrera. Han sido la fuerza y el motor para seguir adelante.

El proyecto de vida en la Armada de Colombia ha sido para Herrera más que una oportunidad profesional. Al ingresar a la institución se convirtió en un miembro más de la gran familia naval. “La Armada de Colombia es mi segundo hogar, es donde me siento en la capacidad de explotar cada una de mis habilidades y aptitudes como persona y como militar” agrega.

Su proceso de formación no ha terminado. Para escalafonarse como Oficial de la Armada de Colombia le queda por delante una etapa de gran relevancia en su singladura como líder supervisor, poniendo en práctica las habilidades de liderazgo aprendidas y continuando su proceso de formación y capacitación bajo el modelo integral de la Escuela Naval de Cadetes “Almirante Padilla”, para proteger el azul de la bandera con honor y tradición.